Crónica de una muerte anunciada…

España cae en Alemania ante la anfitrionaAyer, hoy y lo que parece que es para siempre, es esta sensación de impotencia, de injusticia, esa cara de tonto que se nos queda a los españoles cada vez que se mezclan las palabras Mundial y jugar contra la anfitriona, en fútbol ya lo hemos vivido y en Balonmano ayer quedó claro el favoritismo de los colegiados noruegos

El día que iban a matar a…, así empieza el libro «Crónica de una muerte anunciada» y como si de eso se tratase ayer cuando hablaba con algún aficionado al balonmano antes del partido todos decían los mismo con los anfitriones nos volvemos a casa y no es pesimismo, sino realismo, en Alemania han querido preparar un gran Mundial y quieren que se quede en casa y no se sonrojan aunque les sirvan los partidos en bandeja unos árbitros que no se merecen estar en estas grandes citas.

Ayer España no salió demasiado bien, fue toda la primera parte a remolque, pero sin dejar que le despedazaran los 20000 alemanes de las gradas y manteniendose vivo en el infierno alemán. Y en la segunda parte apretando en defensa España se metió de lleno en el partido, un partido en el que los árbitros no veían la dureza de las acciones alemanas, unos árbitros a los que sólo les faltaban pintarse la cara con los colores locales.

Pero a falta de 5 minutos España pinto en el marcador un anuncio de machada con el empate a 23, pero como ya he comentado era la crónica de una muerte anunciada y así fue…

falta en ataque… penalti y exclusión…

Con esas injustas decisiones los árbitros dieron el partido a los locales, sólo les faltó darles 5 goles de ventaja, pero no hizo falta todo estaba calculado, si España se acerca nosotros la alejamos… y así fue tres acciones que sentenciaron a los nuestros y un partido con final sonrojante para alemanes y noruegos.

Para dar consuelo dieron jugador del partido a Uríos que recogió su reloj para estamparlo contra el suelo con la rabia de la impotencia, menos paciencia tuvo Iker al que nadie pudo retener para hacer un saludo de rigor, algo que no te apetece hacer cuando te acaban de atracar…

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